Betty está nuevamente deprimida (apenas mira el fichero de autores, no le interesa si las etiquetas quedan a la misma altura en los anaqueles) y esta vez no es por el axolotl. Aunque no me lo dice, se que supone que perdió el toque, esa predisposición natural a reconocer a simple vista -por el corte de pelo, la manera de acomodarse el abrigo o el modo de morderse los labios- al tipo de lector que venía a la Biblioteca. Y junto con eso, Betty podía, sin equivocarse nunca, saber qué necesitaba cada uno; distinguir el ánimo que cambiaba de temporada en temporada, las posibilidades del fin de semana, la predisposición para el cuento de tranco corto o la novela interminable.
Es cierto que ahora no es infalible, pero lo sorprendente no es eso, sino que alguna vez haya podido descubrir debajo de un gorro de lana y un montgomery con corderito a un amante de Sade.
Lo que no le digo es que es casi imposible desentrañar qué es lo que los demás necesitan y que en general sus dotes adivinatorias fueron un precioso engaño, mezcla de voluntarismo y vehemencia. Creo que en realidad Betty está deprimida por falta de convicción.
Podría decirse que eso es, en el fondo, una nueva lucidez, pero no me atrevería a defender esta postura y condenar su alegría pasada como una forma de ceguera.
Calculo que lo que queda es sacarla de la atención al público y contratar un referencista con lo que nos queda del subsidio.
Es cierto que ahora no es infalible, pero lo sorprendente no es eso, sino que alguna vez haya podido descubrir debajo de un gorro de lana y un montgomery con corderito a un amante de Sade.
Lo que no le digo es que es casi imposible desentrañar qué es lo que los demás necesitan y que en general sus dotes adivinatorias fueron un precioso engaño, mezcla de voluntarismo y vehemencia. Creo que en realidad Betty está deprimida por falta de convicción.
Podría decirse que eso es, en el fondo, una nueva lucidez, pero no me atrevería a defender esta postura y condenar su alegría pasada como una forma de ceguera.
Calculo que lo que queda es sacarla de la atención al público y contratar un referencista con lo que nos queda del subsidio.