miércoles, 28 de noviembre de 2007

Interconsulta

Hay una epidemia de procrastinación en la BPMP. No sabíamos el diagnóstico exacto hasta hace unos días y además se dan síntomas confusos, pero finalmente hemos definido algunas de las causas y por lo tanto la cura (provisoria, dado que los casos se hacen rápidamente crónicos) no parece tan lejana. Hay una luz al fondo del túnel, aunque también podría ser un tren que se acerca en esta dirección.
De Betty no se sabe nada.

sábado, 17 de noviembre de 2007

NS/NC


Betty sigue sin aparecer por la BPMP, pero llegó una postal (un río, un par de piedras, atrás un desierto interminable) en la que una letra dubitativa me contaba que había sido sometida a una encuesta para mujeres en edad de procrear. “Quedaba solamente un casillero después del mío. Un solo casillero más para las edades. Uno más y ya ni siquiera merecía la encuesta.”
Las circunstancias en las que Betty pudo haber sido interceptada para una encuesta, si algo de su escenario actual está reflejado en la imagen de la postal, me son desconocidas. Pero aquí estoy ahora en la Sala de Lectura, pensando en la distancia imposible entre las estadísticas de las que se puede formar parte y el irreversible 100 % que es para cada uno la propia vida.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Llamadas

Después de varios días de cierta incomodidad y algunas actitudes un tanto sospechosas, Betty dejó de venir a trabajar el lunes último. Cuando la cuestión ya casi nos sacaba de quicio, y mientras tratábamos de evitar cualquier comentario acerca del tic nervioso con que el referencista constataba el funcionamiento del teléfono, Betty mandó por correo una foto, en la que es imposible adivinar el paisaje, pero en la que se la ve feliz, con un nuevo corte de pelo y una mano desconocida y fuerte que le rodea el hombro.
Unas horas después recordé que, hacía ya tiempo, agachadas las dos frente al anaquel de los diccionarios, Betty me había dicho en un susurro: “Un día voy a entender, como si de repente se acomodara todo en su lugar. Como si aunque todo siguiera imperfecto, eso ya no importara”.
La insistencia en el teléfono de Betty finalmente comunicó al referencista con un contestador que le repitió, con la voz de los que saben que en definitiva está todo por ganarse, que la titular de la línea telefónica se encontró a sí misma y que es mejor no buscarla. Con el parlante que nunca usamos, creímos llegar a escuchar, como si alguien le estuviera susurrando el parlamento, que Betty le va a poner el cuerpo a algún asunto y que no es posible por lo tanto estar en dos lados a la vez, y que por un tiempo indeterminado su deseo… o algo así. Por ahora, los suspiros con los que alternamos el té de la mañana, nos sumen a todos en una espera silenciosa, e intuyo que el semblante amarillento del referencista se debe a no poder saber a ciencia cierta si Betty ha salido a buscarse, o si ya se encontró, y es por eso que no está en nuestro horizonte. Mientras tanto, todos esperamos disimuladamente el correo y ganan las apuestas que dicen que Betty anda cantando victoria por ahí, usando ropa que no combina y sin perderse de nada que le importe.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Convicción

Cuando en la BPMP hay tanto anaquel desordenado y Betty sigue contemplando su maqueta, lo mejor que puede pasar, aunque parezca increíble, es que la Sala de Lectura se llene de gente amable y bien dispuesta.
Así, ya que no es posible archivar todos los volúmenes de una sola vez, al menos se sabe que se sigue prestando un servicio, y que los socios se van con una sonrisa.