 Por razones de reestructuración de la Biblioteca, estuvimos haciendo con Betty una limpieza general de armarios, estanterías y archiveros. Y por supuesto, todo se volvió un infierno cuando tuve que soportar los repetitivos comentarios de mi compañera acerca de la paradójica denominación de "limpieza general" para aquel modo de aseo que se detiene en las cuestiones más particulares. Pero a pesar de las detenciones que Betty llevaba a cabo una y otra vez con la franela en la mano derecha y la cadera sosteniendo la mano izquierda, lo más llamativo del caso fue que, uno por uno, los socios históricos de la BPMP se hicieron presentes de alguna forma en el revoltijo, dejando un tendal de objetos o imágenes que permanecen  ahora en un bonita caja de "cosas perdidas/encontradas”. Fotos con más pelo o más kilos, actitudes rockeras barriales en tapas de Cds, libros prestados que se han convertido en donaciones, recortes de periódicos con frases seguramente sacadas de contexto, manuscritos anillados que no llegaron a concursos literarios(*), en fin, una preciosa masa amorfa de pasado.
Por razones de reestructuración de la Biblioteca, estuvimos haciendo con Betty una limpieza general de armarios, estanterías y archiveros. Y por supuesto, todo se volvió un infierno cuando tuve que soportar los repetitivos comentarios de mi compañera acerca de la paradójica denominación de "limpieza general" para aquel modo de aseo que se detiene en las cuestiones más particulares. Pero a pesar de las detenciones que Betty llevaba a cabo una y otra vez con la franela en la mano derecha y la cadera sosteniendo la mano izquierda, lo más llamativo del caso fue que, uno por uno, los socios históricos de la BPMP se hicieron presentes de alguna forma en el revoltijo, dejando un tendal de objetos o imágenes que permanecen  ahora en un bonita caja de "cosas perdidas/encontradas”. Fotos con más pelo o más kilos, actitudes rockeras barriales en tapas de Cds, libros prestados que se han convertido en donaciones, recortes de periódicos con frases seguramente sacadas de contexto, manuscritos anillados que no llegaron a concursos literarios(*), en fin, una preciosa masa amorfa de pasado.Y más allá de la fama de melancólica que Betty se ha ganado, debo reconocerle esta vez que guardó la cajita prolijamente en un rincón, y nos pusimos las dos a admirar lo bien que nos quedaba el contact floreado como fondo de los cajones.
(*) Un imperdonable olvido: tarjetas personales de metal de clara extracción palermitana.
(*) Un imperdonable olvido: tarjetas personales de metal de clara extracción palermitana.
 

 

