sábado, 22 de marzo de 2008

Vermouth con papas fritas




Después de varias semanas en las que anduvo de recorrida por Bibliotecas suburbanas en busca de nuevas y mejores formas de catalogación, Betty se sentó ayer a la tarde sobre un extremo de mi escritorio, y mientras se acomodaba el saquito que marcaba para ella el fin del verano, me largo sin preámbulos la narración de todo su tour libresco.
De lo que me contó quedan más fichas e inventarios por hacer, y una sarta de detalles excesivos, excepto por el relato fingidamente desinteresado del encuentro fortuito con un referencista de Bragado que alguna vez la tuvo a mal traer.
Y así, mientras en la radio se escuchaba un tema pegadizo y la Biblioteca iba quedando vacía, Betty no tardó en despacharse con la inquietud de lo que ya no recuerda, y una catarata de preguntas acerca de las minúsculas decisiones que definen una serie de cataclismos y determinan un destino en el que todas las demás opciones se clausuran silenciosamente.
Para cuando llegó a buscarnos María Luisa, ya estábamos en silencio, pensando las dos, creo, en que el recuerdo de las grandes decisiones puede hacernos creer que es posible evaluar también los grandes errores; saber que cosas evidentes como decidir juntar tu biblioteca con la de tu amor, irte al otro lado de un mar o un río, cambiar los libros de química por una mochila y una carpa, son la prueba más evidente de que es posible desviar el rumbo. Pero lo otro, lo mínimo, el subte que no tomamos o la calle que cruzamos demasiado rápido, lo que se nos ofrece o nos acecha cuando estamos distraídos en lo demás y pudo haber hecho toda la diferencia o ninguna, eso es aterrador y demasiado para poder soportarlo en, digamos, una tarde de domingo.
Un rato después, la serie de chismes que había traído María Luisa nos separó blandamente de esa dimensión donde todo o casi nada podía ser un error, y nos limitamos a decidir que era mejor dejar el té en pos de un vermucito temprano, aunque eso trajera consecuencias irremontables.

16 comentarios:

cuti dijo...

l'enfer c'est les autres

Marta Paste dijo...

Le parece? El infierno es uno y en todo caso la imagen que los demás te devuelven.

Uf! me parece que esto se tornó demasiado oscuro. ¿Vendrá alguien más a la sala de lectura si nos ponemos así en Pascua?

Anónimo dijo...

Yo paso de tanto en tanto por acá porque su estilo es sumamente atractivo . Acabo de leer este post, y me la imagino ( en esta situación) como una deidad hindú de muchos brazos, todos enlazados entre si desordenadamente . Como si la prosa , tan clara , soportara un contenido oscuro y enredado.
Hasta el próximo.

France Assist dijo...

Yo tengo desde siempre grandes, enormes, lagunas en mi memoria (de varios períodos diferentes) con lo cual nunca estoy demasiado seguro de si lo que recuerdo lo recuerdo, o si simplemente es algo que imaginé viendo una foto vieja. Ponéle.

Igual, nunca me quedó clara la diferencia entre el saquito de Betty y su chalequito.

Manón dijo...

Por estos tiempos prefiero creer que "rumbo", lo que se dice "rumbo" es definible -y hasta por ahí nomás- de acá para atrás.

Me gusta la idea de la vida como un Acontecimiento (según Deleuze) porque me habilita a transitarla como una gran hoja en blanco, borracha de incertezas, errante y aleatoria, mis patas dibujan un mapa que no tengo porqué entender siempre, un dibujo difuso y a veces absurdo que me llena de preguntas pero me exime de la DEUDA con pretendidos caminos previamente trazados.

Más rápido o más lento, tecito o ferné, tu biblioteca y la mía, de este o el otro lado del río, doblar la esquina o seguir de largo... son movimientos hacia lo abierto y no rupturas de lo cerrado.

Prefiero creer, porque lo cerrado me invita a guardarme bajo siete llaves, como bien dice usted, para poder soportar lo insoportable del abismo que supone la vida. Y no quiero.

cuti dijo...

uno es un otro

Anónimo dijo...

Feliz domingo!

MICH dijo...

cambiar un tecito por un vermú temprano es de las mejores opciones que uno puede tener a disposición.

Marta Paste dijo...

ele: es muy lindo lo que me dice. Se lo agradezco muy en serio. Y me quedo rascándome un ratito como Shiva, que creó el mundo bailando.

Crimi: vió... y usté se resiste a lo del efecto de la narración...ejem

Marta Paste dijo...

Manoneta: esos cambios de rumbo se recuperan con la memoria. pero es cierto que tengo algunos poquñisimos momentos recordados en los cuáles tuve la conciencia de que daba vuelta la hoja o leía "elige tu propia aventura". Todo lo demás, que es minúsculo es lo que no puedo saber. Lo cual no quiere decir que quiera saberlo. Enredarse mientras uno teje algo, digamos, y ver qué onda, y ningún candado, manoneta y un vermucito a la tarde para cuando venga la prima. Salú!

Marta Paste dijo...

Sr. Cuti: Usté está hecho un simbolista. A la final, vió.... era francés.

Zoepé: Pero claro! Y muy linda su casa, y los caminos a los que invita.

Sr. Mich: es cierto, pero las veces que me tomé lo que no quería. Mire, no me haga hablar.

Anónimo dijo...

sepa que siempre, pero siempre será bienvenida.

NegroShot dijo...

A mi me gusta el Campari, pero me parece que acá lo que corre es el Absente (manga de afrancesados)

MICH dijo...

negroshoto... es que en este lugar se hace piquete de la abundancia...

Marta Paste dijo...

Sr. Negro y Mich: Ustedes me quieren politizar el blop y yo les digo que este es un espacio apolítico, espontáneo, como la movilización de la gente de bien, es decir de campo, que no quiere que cualquier grasa con cartera luivuitón le diga lo que tiene que dar para los negritos que quieren que el estado los mantenga.

Manón dijo...

Qué largo se está haciendo el vermucito, Martite... tomemos un café.

(pasaba por la sala de lectura a saludarla nomás, pero si encontraba lectura nueva, mucho mejor ;-))