Cuando la cercanía de la primavera prometía un cambio de aire y de clima, Betty tuvo que hacerse presente en otro velorio, del que volvió, sin embargo, rozagante y con la promesa de armar una reunión de colegas en cuanto se le fuera de la ropa el olor a crisantemos.
Volvió a sentarse en la punta de mi escritorio, como hacía un tiempo que no hacía, y se despachó con un anecdotario que derivó sin decir “agua va” en la defensa de la acción por sobre la reflexión y algunas perspectivas acerca del gremialismo, el jamón serrano y el pirograbado como expresión del ser nacional. Calculo que cuando me vió lo suficientemente distraída, dejó justo al lado del portalápices el papelito que había sido la verdadera razón de tamaño despliegue y se fue murmurando alguna disculpa en nombre de Calvino y una observación acerca de la necesidad de archivar todo el anaquel de Literatura Italiana, si queríamos evitar algún accidente:
El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.
Volvió a sentarse en la punta de mi escritorio, como hacía un tiempo que no hacía, y se despachó con un anecdotario que derivó sin decir “agua va” en la defensa de la acción por sobre la reflexión y algunas perspectivas acerca del gremialismo, el jamón serrano y el pirograbado como expresión del ser nacional. Calculo que cuando me vió lo suficientemente distraída, dejó justo al lado del portalápices el papelito que había sido la verdadera razón de tamaño despliegue y se fue murmurando alguna disculpa en nombre de Calvino y una observación acerca de la necesidad de archivar todo el anaquel de Literatura Italiana, si queríamos evitar algún accidente:
El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.
17 comentarios:
lo difícil es que dure
y que dure lo real
y que la bombilla no se tape
lo dificil es hallarlo y cuando ocurre...que dure...pero eso tambien es parte de la segunda opcion
Manoneta: lo díficil está, me parece, donde uno tiene la dificultad (je, qué evidente). Pero en serio, si uno eligió la primera opción, la cuestión de que dure ni siquiera se le presenta como un problema.
Mesié Angús: no me quiero hacer la complicada pero ¿qué sería lo real en este marco?
Camacho, yo sé quién es. Usté es el hijo del demonio. Por eso lo del infierno usté se lo toma con el mate.
Querido auditor! Qué alegría tenerlo por acá. Y sí, es casi circular la cosa. Si uno elige la primera opción, lo otro ni siquiera aparece.Un abrazo
Entre los autres que son l'enfer ,lo más difícil me parece " saber reconocer quién y qué " .
Pero "que dure" viene enunciada con la segunda opción. Y es lo difícil: no creo que haya "infiernos" y "no infiernos" sinó más bien estados de infierno. Se entra y se sale. Se viene y se vá. Y eso no siempre es parte de la elección.
"Lo único que dura para siempre es la resignación"
(Enrique VIII, acto XXIVXXIVVV, mueven las negras, jaque mate en dos)
Muy bien por la Bety que se decidiò a usar el conjunto de portaligas negro (luto riguroso). O por que se cree que viene tan alborotada del entierro (ustè se imaginó el entierro que quiso, preguntele, preguntele y va a ver)
perdón, pasé por aquí y me gustó el texto en cursiva. Quién es el autor?
querida L: le parece? Hay algo que creo todavía que nos toma por asalto, algo que se nos vuelve demasiado evidente como para no saber "qué o quién". Pero claro, en seguida empiezo a pensar que para verlo hay que estar preparado y entonces... ufff, demasiada plata puesta en análisis.
Manoneta: No puedo estar en desacuerdo con usted, pero calculo que por estos días lo que me deja atónita es ver que se puede ver un estado "no infernal" y tenerlo a mano e igual decidir no meterse en él y acurrucarse un poco.
Sr. Crimi: Qué grandes verdades nos trae de la mano de los clásicos. Igual, yo así y todo como estoy hoy, me resisto a pensar que eso sea lo único que dura, vea.
Sr. Negro: tomémonos un vino en homenaje a que su sano humor familiar me hace reír.
Anónimo: es bienvenido, y vea cuánto si se tiene en cuenta que su comentario deja entrever que el resto del texto (que no está en cursiva) no le gustó. Pero ahí se contestba su pregunta: Calvino (las ciudades invisibles)
Me llamo a silencio, sepa disculpar
Saludos
Garras
yo no sé qué poner, pero le mando un abrazo y le digo que la quiero.
(ah, nada que ver?, bueno... ufisssssssss)
Gracias, Mich.
Hola, que tal?
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