miércoles, 2 de enero de 2008

Y finalmente era un tren que se acercaba en esta dirección.
A veces el mejor táimin consiste en refrenar los reflejos y quedarse a esperarlo hasta que te lleve por delante. Si salís de esa, finalmente podés medir los costos, dice María Luisa, y yo le creo.

8 comentarios:

cuti dijo...

¡señor! ¡señor! ¡señor! ¡hey! ¡pst! yo quiero ver un tren,
llévame a ver el tren,
no lo recuerdo,
yo quiero ver un tren.

MICH dijo...

"señooooor... señooooooooorrrrrrr .... ehhh!!! mi madre era un libro, mi padre era un libro... y yo soy una guía de teléfonos... ehhhhhha!!!! llévame a ver un tren!!!!!!!!!

NegroShot dijo...

se subió al tren o lo dejó pasar?

Manón dijo...

La imagen de un tren que te lleva puesto (y no de un tren que se detiene invitador a que uno se acomode junto a la ventanilla con su ticket en una mano y la valijita en la otra) me remite a mi escena en tres cuadros con Armandito en donde el táimin casi resulta una fatalidá, el encuentro abrupto entre el tiempo, el espacio y los cuerpos.
Algo de este post y del anterior, táimin y deseo, azar y todolodemás me dan unas ganas de dejarle un textito del libro “El deseo nómade”, compartirlo con usté, Betty y María Luisa en la sala de lectura (ice-tea de por medio para destemplar un poco la marola):

“Dice Artaud ‘Hay que hacer añicos el lenguaje para tocar la vida’ el estado de fascinación es el Acontecimiento atravesado en el puro instante. Es allí en donde el desear deviene eclipsando la relación con el objeto y con el otro, siendo el encuentro con estos en el tiempo. Hay una boda entre lo finito y lo infinito. Lo azaroso de este instante hace estallar el cristal para perderse detrás del reflejo. Nada falta, todo es un ahí que deviene (…)
En tanto siempre hay deseo, la posibilidad y la determinabilidad en la subjetividad pueden estar demoradas, pero no perdidas…”

El deseo que viaja, se muda, arremete y también a veces te olvida un poco. Quedar en Pampa y la vía, sin saber si ese viento que te despeinó fue un tren-bala que pasó al costado o por encima.
O, como dice Sabina “la pasión es una ruina”.

Le dejo un abrazo, Martite. Fuerte (emocionado por su mail, también).

Marta Paste dijo...

A ver si se entiende, negro: 1) venía el tren; 2)me quedé en la vía
3)está bien. ahora junto los pedazos.

Amperio dijo...

Como decía Fattigati:
-Mi padre falleció en un accidente ferroviario, señor. Y viene este árbitro, no me cobra el penal, me dice que me levante y como sin querer me dice: Quetrén-Quetrén


¡El avión, el avión...! ¡Viene el avión!

Oh, no. Tatoo esperaba a Charlicar...

NegroShot dijo...

bah, esas son excusas, no ve que el tren se paró para que usté tire los pedazos encima?

Marta Paste dijo...

Y bueno, parece que los trenes no andan en la arena.O sí, pero despacito.